Cada cápsula está diseñada para proteger 0.25 m3 (8.8 pies3).
“Los inhibidores de corrosión en fase de vapor emiten y saturan el recinto a través de la difusión, llenando todos los espacios vacíos y áreas empotradas con moléculas de vapor protectoras”, según la compañía. “Estas moléculas son atraídas y se adsorben en las superficies metálicas, lo que da como resultado la formación de capas moleculares microscópicas de protección contra la corrosión”.
La empresa afirma que las capas depositadas no afectan negativamente ni alteran la apariencia, la conductividad o la función óptica.
El cuerpo de la cápsula está hecho con un 60-80 % de resinas de base biológica y los vapores salen a través de una membrana transpirable que tiene un 70 % de base biológica.
Una de las páginas web de EcoEmitter de la compañía se puede encontrar aquí