Por qué los robots pueden ser culturalmente insensibles y cómo los científicos están tratando de solucionarlo

Actualización: 17 de abril de 2024


los robots
Crédito: Unsplash / CC0 Public Domain

Un robot charla con un anciano británico en su habitación. El robot tiene un comportamiento alegre y una agradable voz aguda.


El robot, tal vez por la edad del hombre, comienza a preguntarle sobre sus recuerdos de la Segunda Guerra Mundial: “Por favor, dígame ¿qué fue lo más difícil por lo que usted y su familia tuvieron que pasar?”. El anciano continúa hablando de cómo su padre estaba en la Royal Air Force y no lo vieron durante casi cuatro años.

Pero, ¿por qué un robot le preguntó sin rodeos cuál pudo haber sido una de las experiencias más traumáticas que jamás haya tenido? El comportamiento del robot fue producto del proyecto Caresses (Robots con conciencia cultural y sistemas de sensores ambientales para apoyo a personas mayores).

Este proyecto encaja en el nuevo campo de la "robótica cultural", cuyo objetivo es diseñar robots que puedan tener en cuenta los antecedentes culturales de la persona con la que están hablando y ajustar su comportamiento en consecuencia. Por eso el robot habla de la guerra. El hombre era británico, por lo que se suponía que estaría interesado.

En el futuro, podemos esperar que los robots se utilicen cada vez más en nuestra vida personal y social. Actualmente se investiga activamente en campos tan diversos como robots de reparto para supermercados, robots de entretenimiento, robots de servicios para el cuidado de la salud, robots de recogida para almacenes, robots para el apoyo a personas con demencia, robots para personas con espectro autista y robots de atención para personas mayores.

Incluso hay sacerdotes robots que pueden repartir bendiciones en cinco idiomas y monjes robots que pueden educar a la gente sobre el budismo.






estereotipos culturales

La robótica cultural es parte de un movimiento más amplio para hacer que la IA y la robótica sean culturalmente más inclusivas.

Ya se han planteado preocupaciones sobre este movimiento antes. Por ejemplo, los modelos de lenguaje de gran tamaño (LLM), como el utilizado por ChatGPT de OpenAI, se entrenan con cantidades masivas de texto. Pero debido a que Internet todavía es predominantemente inglés, los LLM se capacitan principalmente en textos en inglés, con los supuestos y prejuicios culturales que conllevan.

De manera similar, la medida para hacer que los robots y la IA sean más sensibles culturalmente es bien intencionada, pero nos preocupa hacia dónde podría llevar.

Por ejemplo, un estudio comparó las preferencias culturales de China, Alemania y Corea para sacar conclusiones sobre cómo a la gente de estos países les gustaría que se vieran sus robots.

Basándose en trabajos anteriores sobre preferencias culturales, sugirieron que las sociedades más “masculinas” tienden a pensar que las cosas “grandes y rápidas” son hermosas, mientras que las sociedades más “femeninas” encuentran hermosas las cosas “pequeñas y lentas”. Hicieron referencia a trabajos que pretenden mostrar que la cultura coreana es de “masculinidad media”, mientras que la cultura alemana es de “alta masculinidad”, y plantearon la hipótesis de que es más probable que los coreanos encuentren robots de servicio (que tienden a ser de tamaño pequeño o mediano y lentos). agradable.

Otro estudio comparó las preferencias de espacio personal de alemanes y “árabes”. Pero estas cosas no son comparables. “Árabe” es un término potencialmente ofensivo para muchas personas y puede usarse para describir a personas de muy diferentes orígenes culturales y nacionales. Ciertamente no está a la par de categorías como “alemán”, que es un término no ofensivo para personas de una sola nacionalidad.

También es cada vez más evidente que los humanos reaccionan de manera diferente a los robots dependiendo de su propio origen cultural. Por ejemplo, diferentes culturas tienen diferentes expectativas en torno al espacio personal, y esto afecta en qué medida prefieren que los robots se mantengan alejados de ellos.

Las diferentes culturas también interpretan las expresiones faciales de manera diferente. Un estudio encontró que las personas son más capaces de entender a un robot si se comunica utilizando expresiones faciales con las que están familiarizados.






¿De otra manera?

Si queremos evitar diseñar robots basados ​​en generalizaciones y estereotipos amplios y crudos, entonces necesitaremos un enfoque más matizado de la cultura en robótica.

La cultura es un concepto notoriamente confuso y lleno de matices, abierto a muchas interpretaciones. Una encuesta enumera más de 300 definiciones potenciales de cultura.

En nuestra investigación reciente, sostuvimos que la cultura está "conceptualmente fragmentada". En resumen, nuestra opinión es que hay tantas maneras diferentes de entender la cultura, y tantos tipos diferentes de robots, que no deberíamos esperar que exista un enfoque único para todos.

Creemos que diferentes aplicaciones dentro de la robótica requerirán enfoques de la cultura radicalmente diferentes. Por ejemplo, imaginemos un robot de entretenimiento en un teatro que tiene la función de bailar para el público.

Para este trabajo, la mejor manera de abordar la cultura podría implicar concentrarse en qué tipo de entretenimiento prefiere la gente del área local. Esto podría implicar preguntar qué tipo de estilos de baile son comunes a nivel local y modelar el diseño del robot en torno a eso.

Otras aplicaciones pueden requerir un enfoque diferente de la cultura. Por ejemplo, para un robot que se espera que interactúe con el mismo pequeño número de humanos durante un período prolongado de tiempo (como un robot de servicio en una residencia de ancianos), podría ser más importante que el robot cambie su comportamiento con el tiempo, para adaptarse a las preferencias cambiantes de las personas a las que ayuda.

En este caso, tal vez sería mejor pensar en la cultura como algo que emerge lenta y dinámicamente a través de la interacción de diferentes sujetos.

Esto significa que el abordaje de la cultura en robótica probablemente sea complejo, multifacético y específico para cada situación.

Si diseñamos robots basados ​​en estereotipos relativamente crudos y generalizaciones radicales sobre diferentes culturas, corremos el riesgo de propagar esos estereotipos.